En un acto que reafirma el compromiso con los pueblos indígenas y afromexicanos, se inauguró el foro "Diálogo para Repensar la Educación Superior en México: Las Instituciones de Educación Superior con Perspectiva Intercultural en la Transformación Social-Territorial". Este evento, celebrado en la Casa del Pueblo, reunió a expertos, académicos, autoridades y representantes comunitarios para reflexionar sobre el futuro de la educación superior en el país.
Un cambio histórico: el compromiso con los pueblos originarios
El foro inició recordando el 1 de diciembre de 2018, una fecha emblemática para la memoria contemporánea de México, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador recibió el Bastón de Mando de manos de representantes indígenas en una ceremonia que marcó un antes y un después en la relación entre el Estado y los pueblos originarios. Este acto simbólico representó un compromiso profundo, no solo del presidente, sino de todo su gobierno, hacia la atención de las comunidades históricamente excluidas.
En palabras del presidente durante su mensaje del 1 de julio de 2018 en el Zócalo de la Ciudad de México: “No sólo hay que recordar al indio muerto, al que se ve en los museos, sino que debemos honrar al indio vivo, escuchar sus necesidades, atender sus planteamientos de justicia y sus demandas de bienestar”.
El papel transformador de las universidades interculturales
Las universidades interculturales fueron reconocidas como un pilar clave en la construcción de una sociedad inclusiva y justa. Estas instituciones han promovido un diálogo directo con las comunidades, atendiendo demandas educativas legítimas y diseñando estrategias para erradicar desigualdades estructurales derivadas del racismo, clasismo, patriarcado y otras formas de opresión.
Este modelo educativo representa una herramienta poderosa para articular políticas públicas que no solo reconozcan, sino que valoren la diversidad étnica, lingüística, cultural y sexogenérica del país. De esta manera, la educación superior recupera su sentido social y de justicia, contribuyendo a la resolución de problemas en las comunidades y fortaleciendo el tejido social.
Desafíos en la educación superior
Durante las discusiones, se abordaron temas críticos como la discriminación persistente hacia mujeres jóvenes, personas indígenas y comunidades en situación de vulnerabilidad. Factores como el género, el color de piel, la identidad de género y la orientación sexual continúan siendo motivo de exclusión en espacios educativos. Además, se subrayó la urgencia de garantizar la seguridad en las instituciones y sus alrededores, ante casos de acoso, feminicidios, crímenes de odio y otros delitos que afectan particularmente a las mujeres de la diversidad.
Asimismo, se destacó que las relaciones patriarcales aún predominan en muchas comunidades educativas, manifestándose en formas graves como el acoso y hostigamiento sexual, lo cual requiere medidas urgentes para transformar estas dinámicas y avanzar hacia una educación libre de violencia y discriminación.
Hacia una educación intercultural crítica
El foro enfatizó la importancia de construir un sistema educativo que reconozca las dimensiones plurales y diversas de la sociedad mexicana. Bajo el liderazgo de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, la interculturalidad crítica se posiciona como un eje transversal de la política educativa nacional, promoviendo una agenda que fomente pedagogías antirracistas, anticoloniales, antipatriarcales y orientadas hacia la justicia social.
Entre los objetivos generales del evento destacó la necesidad de pensar en una educación superior transformadora que recupere otras formas de construcción de conocimiento, metodologías y pedagogías que reflejen las realidades y aspiraciones de las comunidades.
Compromiso con el diálogo y la inclusión
El foro concluyó con un llamado a consolidar la participación efectiva de los pueblos indígenas y afromexicanos en el diseño y ejecución de políticas educativas. Los organizadores reiteraron su compromiso de generar espacios de diálogo plural, plurilingüístico e intercultural que permitan construir una agenda nacional para fortalecer el sentido social y comunitario de la educación superior.
Este evento marca un paso importante en el camino hacia una educación superior que no solo respete, sino que celebre y potencie la diversidad cultural y social del país, consolidándose como un motor de transformación para un México más justo e inclusivo.