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Oaxaca de Juárez, Oax.— En medio de su reciente activismo político y recorridos por el estado de Oaxaca, la exdiputada federal Karina Barón enfrenta cuestionamientos por su desempeño en materia de seguridad pública durante su trayectoria política, especialmente tras el asesinato de Gabriel Reyes Bejines, uno de sus más cercanos colaboradores en Tuxtepec, un caso que permanece sin resolverse.
El homicidio de Reyes Bejines, ocurrido en circunstancias violentas, ha sido un recordatorio constante de los retos de seguridad que enfrenta la región. A pesar de su influencia política y su paso por la Cámara de Diputados, donde tuvo la oportunidad de incidir en políticas públicas, las críticas señalan una falta de resultados concretos en la lucha contra la inseguridad.
Durante su gestión como legisladora federal, Barón promovió diversas iniciativas relacionadas con el desarrollo rural y social, pero poco se avanzó en estrategias integrales para combatir la violencia en Oaxaca, particularmente en zonas como Tuxtepec, donde los índices delictivos han sido alarmantes.
Ciudadanos y analistas políticos han señalado que la impunidad en casos como el de Reyes Bejines refleja la ausencia de un verdadero compromiso con la justicia. “No basta con recorrer el estado y tomarse fotos; necesitamos acciones reales y resultados tangibles. Los políticos deben asumir la responsabilidad de lo que prometen y no cumplen”, comentó un habitante de Tuxtepec.
Mientras Karina Barón continúa su agenda política, el caso de Gabriel Reyes Bejines sigue siendo un símbolo de las deudas pendientes en materia de seguridad pública. La ciudadanía espera que los políticos de Oaxaca dejen de lado las promesas vacías y enfrenten con seriedad los desafíos que afectan a miles de familias en el estado.
La pregunta que persiste es: ¿qué hará diferente Karina Barón para garantizar que su influencia política se traduzca en soluciones concretas para los problemas que más afectan a Oaxaca?
Oaxaca de Juárez, Oax.— En medio de su reciente activismo político y recorridos por el estado de Oaxaca, la exdiputada federal Karina Barón enfrenta cuestionamientos por su desempeño en materia de seguridad pública durante su trayectoria política, especialmente tras el asesinato de Gabriel Reyes Bejines, uno de sus más cercanos colaboradores en Tuxtepec, un caso que permanece sin resolverse.
El homicidio de Reyes Bejines, ocurrido en circunstancias violentas, ha sido un recordatorio constante de los retos de seguridad que enfrenta la región. A pesar de su influencia política y su paso por la Cámara de Diputados, donde tuvo la oportunidad de incidir en políticas públicas, las críticas señalan una falta de resultados concretos en la lucha contra la inseguridad.
Durante su gestión como legisladora federal, Barón promovió diversas iniciativas relacionadas con el desarrollo rural y social, pero poco se avanzó en estrategias integrales para combatir la violencia en Oaxaca, particularmente en zonas como Tuxtepec, donde los índices delictivos han sido alarmantes.
Ciudadanos y analistas políticos han señalado que la impunidad en casos como el de Reyes Bejines refleja la ausencia de un verdadero compromiso con la justicia. “No basta con recorrer el estado y tomarse fotos; necesitamos acciones reales y resultados tangibles. Los políticos deben asumir la responsabilidad de lo que prometen y no cumplen”, comentó un habitante de Tuxtepec.
Mientras Karina Barón continúa su agenda política, el caso de Gabriel Reyes Bejines sigue siendo un símbolo de las deudas pendientes en materia de seguridad pública. La ciudadanía espera que los políticos de Oaxaca dejen de lado las promesas vacías y enfrenten con seriedad los desafíos que afectan a miles de familias en el estado.
La pregunta que persiste es: ¿qué hará diferente Karina Barón para garantizar que su influencia política se traduzca en soluciones concretas para los problemas que más afectan a Oaxaca?