En un acto de ingenio y compromiso, doctores y enfermeras del Hospital General de Gómez Palacio, Durango, han recurrido a la improvisación con materiales cotidianos para atender a sus pacientes, evidenciando las carencias del sistema de salud pública en México.
Recursos limitados, creatividad ilimitada
Ante la falta de insumos médicos básicos, el personal médico utilizó vasos de unicel, recipientes de yogurt y frascos de café para cubrir necesidades esenciales en los tratamientos. Por ejemplo, un frasco de café fue adaptado como vaso humificador, dispositivo necesario para colocar agua en la toma de oxígeno y garantizar una correcta hidratación en los pacientes.
En otro caso, una mascarilla de oxígeno fue reemplazada con un vaso de unicel, mostrando cómo el ingenio se convierte en una herramienta crucial en medio de la precariedad.
La voz del personal médico
Trabajadores del hospital han señalado que estas improvisaciones no solo reflejan su compromiso con los pacientes, sino también la urgencia de una mejor infraestructura y recursos en el sector salud. “Hacemos lo que podemos con lo que tenemos, pero los pacientes merecen más”, expresó una enfermera que prefirió mantenerse en el anonimato.
Un llamado a la acción
Este caso pone de manifiesto la necesidad de invertir en el sistema de salud mexicano para garantizar insumos médicos adecuados y condiciones dignas para el personal sanitario. Mientras tanto, los médicos y enfermeras continúan demostrando que, incluso en la adversidad, el cuidado de sus pacientes es su prioridad.
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