Oaxaca de Juárez, Oaxaca – 6 de abril de 2025
Una nueva controversia política sacude la esfera pública en Oaxaca tras darse a conocer que la diputada local Alejandra Morlan, integrante de la bancada de Movimiento Ciudadano, habría utilizado con fines privados y sin justificación cultural o científica el Jardín Etnobotánico de Oaxaca, uno de los espacios patrimoniales más emblemáticos del estado.
La legisladora fue vista recientemente realizando una sesión fotográfica y grabaciones audiovisuales en este recinto, lo que ha generado una ola de cuestionamientos ciudadanos respecto a la legalidad del permiso, el uso de recursos públicos y la ética en el ejercicio del poder.
Patrimonio cultural en el centro de la controversia
El Jardín Etnobotánico, ubicado dentro del ex Convento de Santo Domingo de Guzmán, en pleno corazón del Centro Histórico de Oaxaca, no es un espacio cualquiera. Se trata de un sitio de alto valor ecológico, cultural e histórico, cuyas normas de uso son estrictas y están diseñadas para preservar su integridad.
De acuerdo con las políticas del recinto, no se permite el acceso a particulares para fines comerciales, políticos o personales sin una justificación institucional, científica o educativa. Cualquier solicitud debe pasar por un proceso formal de autorización, generalmente a cargo de la administración del jardín, en coordinación con la Secretaría de Administración del Gobierno del Estado.
En este contexto, la presencia de la diputada Morlan, acompañada por un equipo de producción y estilismo, encendió las alarmas. La actividad, ampliamente difundida en redes sociales, mostraba imágenes de la legisladora posando en diversas secciones del jardín, algunas de ellas restringidas al público general, lo que ha sido interpretado por muchos como un uso privilegiado e injustificado del espacio público.
Opacidad y exigencia de rendición de cuentas
Hasta el momento, ni la diputada Alejandra Morlan ni su equipo han informado públicamente si contaban con los permisos correspondientes, quién los autorizó ni bajo qué condiciones se concedió el uso del recinto. Tampoco ha quedado claro si los costos de producción, logística, personal técnico y renta del espacio fueron cubiertos con recursos propios, partidarios o derivados de alguna partida presupuestaria legislativa.
La opacidad en torno a estos elementos ha provocado reacciones de inconformidad entre distintos sectores de la sociedad oaxaqueña, incluidos organismos civiles, ciudadanos, activistas culturales y defensores del patrimonio histórico, quienes han solicitado una aclaración inmediata y detallada por parte de la diputada y de las autoridades competentes.
¿Privilegios políticos o desvío institucional?
El uso de recintos históricos para fines personales no es nuevo en Oaxaca, pero este caso ha adquirido especial notoriedad por el perfil público de la protagonista y por el espacio en cuestión, cuyo acceso incluso está limitado para investigadores, artistas y organizaciones con fines sociales.
“¿Por qué una legisladora puede acceder al Jardín Etnobotánico como si fuera su jardín personal, mientras que a la ciudadanía se le restringe el paso bajo argumentos de conservación?”, cuestionó en redes sociales un investigador de la UABJO, quien añadió que ni siquiera los académicos logran permisos con tanta facilidad.
Para muchos, lo que está en juego es más que una sesión de fotos. Se trata de un ejemplo del uso indebido del poder público, del acceso a recursos y espacios por encima de la ley y de la ciudadanía común, lo que representa una afrenta a los principios de transparencia, equidad y rendición de cuentas que debe regir a los servidores públicos.
Exigen investigación y transparencia institucional
Diversas voces han exigido a la Secretaría de Administración del Gobierno del Estado de Oaxaca que informe de manera clara y puntual si autorizó el uso del Jardín Etnobotánico para esta actividad, bajo qué criterios, y si se cobró alguna tarifa por concepto de uso de espacio, seguridad, mantenimiento o logística.
Asimismo, se ha solicitado al Congreso del Estado que inicie una revisión interna sobre el uso de recursos públicos por parte de sus integrantes, especialmente si se detecta que el material producido tiene fines de autopromoción política, lo cual violaría normas de uso de imagen y financiamiento institucional.
También se ha hecho un llamado a la Contraloría estatal para que investigue si hubo mal uso de recursos, favoritismo institucional o abuso de poder.
¿Y la diputada?
Hasta el cierre de esta edición, la diputada Alejandra Morlan no ha emitido ningún posicionamiento oficial al respecto. Su silencio ha sido interpretado por algunos como una falta de respeto a la ciudadanía y un intento de evadir responsabilidades. En redes sociales, sin embargo, se han viralizado las imágenes del set de grabación, generando cientos de comentarios críticos.
La ausencia de una explicación oportuna no solo genera suspicacias, sino que deteriora la imagen pública de quienes aspiran a representar los intereses ciudadanos desde la tribuna legislativa. La transparencia, el respeto por los espacios públicos y la congruencia en el discurso son pilares fundamentales para generar confianza en las instituciones.
Conclusión
Este episodio pone sobre la mesa un debate urgente: ¿están los espacios públicos al servicio de todos o solo de quienes ostentan el poder? El Jardín Etnobotánico no solo es un jardín; es un símbolo de identidad, historia y esfuerzo colectivo por preservar el legado de Oaxaca.
La sociedad oaxaqueña exige una respuesta clara, acciones correctivas y un compromiso real con la ética pública. Porque lo que está en juego no es solo un permiso mal gestionado, sino la credibilidad de los representantes y el respeto por el patrimonio que nos pertenece a todos.